MEJORANDO LA ALIMENTACION
Alimentarse implica elegir que llevarnos a la boca; mientras que alimentarse es una actividad automática de nuestro cuerpo, en el que no interviene nuestra voluntad.
Para tener una mejor digestión es necesario no mezclar tantos alimentos al comer, porque la transformación de éstos son hechas por sustancias químicas llamadas enzimas, y para cada tipo de alimento se requiere una diferente. El aparato digestivo “sabe” que enzima se ocupa para transformar el alimento. Por ejemplo los almidones se transforman por la ptialina o amilasa salival (alcalina); mientras que las proteínas son digeridas por la pepsina (ácida). Por ello si desayunamos papas con huevo, resultará una mala combinación porque la enzima ácida neutralizará a la alcalina, que no podrá transformar los almidones.
Los azúcares, si se consumen solos se digieren en el intestino delgado; sin embargo, si los acompañamos con otros alimentos, permanecerán en el estómago, hasta que se complete la digestión de los otros alimentos, pero entonces las condiciones de calor y humedad propician la fermentación de los azúcares, y ello acidifica e impide su correcta digestión.
Entonces una regla básica sería combinar proteínas con vegetales; o bien carbohidratos con vegetales. Igual sucede con la fruta, si ingerimos fruta ácida como la naranja, entonces la podemos combinar con fresas, kiwis, uva, porque también son frutas ácidas; pero en cambio si ingerimos frutas dulces, como la papaya, entonces la podemos combinar con el plátano, con la pera o con la manzana, siendo ésta última altamente alcalina. Por ello no es nada saludable ingerir un plato que contenga “todas” las frutas creyendo que nos estamos alimentando muy bien, lo que no es así, porque de seguro habrá una mala digestión, gases e hinchazón.
Algunas reglas sencillas podemos seguirlas para lograr una buena digestión, que es sinónimo de salud.
Una primera regla es comer con hambre, tranquilo y sin prisas, masticar y ensalivar bien los alimentos, no ingerir bebidas con los alimentos, procurar que el 60% de los alimentos sea crudo. Iniciar el desayuno con una fruta. Iniciar la comida con la ensalada. Servirse pequeñas porciones. Comer las frutas completas. No más de dos proteínas en una misma comida. No combinar proteínas con carbohidratos. Consumir vegetales con proteínas. Consumir vegetales con carbohidratos. Preferir cereales integrales. Consumir miel o melaza o azúcar morena. No consumir refrescos. No mezclar frutas dulces con ácidas.
Mayor alimento por la mañana, menos por la comida, y poco por la noche. No salar los alimentos. Consumir quesos frescos. Incluir arroz integral con verduras o leguminosas. Consumir huevos dos veces por semana. Evitar mayonesas, margarinas, aderezos grasos. Evitar alimentos fritos y refritos. Evitar productos chatarras. Consumir germinados. Amaranto, que es una proteína muy completa de origen vegetal. Consumir soya y sus derivados. Sustituir las carnes por gluten o soya. Evitar los embutidos.
Una proteína muy saludable resulta la combinación de cereales integrales y leguminosas, por ejemplo el arroz integral con frijol.
Aprender a combinar nuestros alimentos y a comer solo lo que nuestro cuerpo requiere, nos proporciona salud y evita la obesidad, que tantos problemas de salud genera.
Comer saludable conlleva un disfrute de los alimentos sin sacrificar el paladar. Es necesario que aprendamos a alimentarnos mejor.
AMPARO VERDUGO
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